ESTE VERBO, procedente del latín accedere ('acercarse'), mejor que de ad ycedere (a y 'retirarse') -como anota el DRAE-, tenía, hasta la decimonovena edición de 1970, sólo el sentido de 'consentir en lo que otro solicita o quiere', o el de 'ceder uno en su parecer'. Era por ende muy criticado, como galicismo, el uso de acceder con el sentido de 'tener acceso' a algo: "Fulano accedió al poder", por ejemplo. Obviamente no había inconveniente en decir "Fulano tuvo acceso al poder", porque la voz acceso aparecía ya definida como 'acción de llegar o acercarse'. Otras formas, aceptadas ya en 1970, que incluían el sentido de 'llegar' eran accesible y accésit (recompensa inferior para el que se acerca al primer lugar de un concurso).
Entre las muchas modificaciones y adiciones de la vigésima edición del DRAE (1984), se cuentan dos acepciones nuevas, la 3 y la 4, en la entradaacceder: 'tener acceso, paso o entrada a un lugar' y 'tener acceso a una situación, condición o grado superiores, llegar a alcanzarlos'. Como se ve, con estas recién aceptadas definiciones, nada impide decir "Fulano accedió a mi casa" o "Zutano accedió al poder", sin que, naturalmente, dejen de ser correctas otras construcciones como "Fulano accedió a quedarse" ('consintió en').
Es probable que el valor de acceder como 'llegar' sea más antiguo en francés que en español y que, por ello, fuera tachado de galicista el uso de este verbo, en español, con ese sentido. Sin embargo, a mi juicio, hay sobradas razones para justificar la adición de estas acepciones en el DRAE: ante todo, el hecho innegable de su cada vez más extendido uso entre hablantes cultos pero, también, la correcta base etimológica sobre la cual se sustentan los significados añadidos, pues el primer sentido que los diccionarios latinos dan siempre al verbo accedere es precisamente 'llegarse, venir, acercarse'.
Entre las muchas modificaciones y adiciones de la vigésima edición del DRAE (1984), se cuentan dos acepciones nuevas, la 3 y la 4, en la entradaacceder: 'tener acceso, paso o entrada a un lugar' y 'tener acceso a una situación, condición o grado superiores, llegar a alcanzarlos'. Como se ve, con estas recién aceptadas definiciones, nada impide decir "Fulano accedió a mi casa" o "Zutano accedió al poder", sin que, naturalmente, dejen de ser correctas otras construcciones como "Fulano accedió a quedarse" ('consintió en').
Es probable que el valor de acceder como 'llegar' sea más antiguo en francés que en español y que, por ello, fuera tachado de galicista el uso de este verbo, en español, con ese sentido. Sin embargo, a mi juicio, hay sobradas razones para justificar la adición de estas acepciones en el DRAE: ante todo, el hecho innegable de su cada vez más extendido uso entre hablantes cultos pero, también, la correcta base etimológica sobre la cual se sustentan los significados añadidos, pues el primer sentido que los diccionarios latinos dan siempre al verbo accedere es precisamente 'llegarse, venir, acercarse'.
Minucias del lenguaje - José G. Moreno de Alba, publicadas por el FCE
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